• El organismo actualizó los criterios para describir proyectos de litio en el SEIA en la nueva edición de la guía que regulará los proyectos de explotación de litio.

El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) publicó la segunda edición de la guía que regulará cómo los proyectos de explotación de litio deberán ingresar al SEIA, un cambio que ocurre en uno de los momentos más sensibles para la industria. La actualización deja atrás el marco vigente desde 2021 y obliga a las empresas a entregar información mucho más precisa sobre sus procesos, ampliando la mirada desde las tradicionales piscinas de evaporación solar hasta las nuevas tecnologías de extracción directa de litio (DLE). El objetivo: evitar vacíos técnicos en salares del norte de Chile, donde cualquier variación en la extracción o reinyección puede modificar el equilibrio hídrico del territorio.

La publicación es una clara señal de que el Estado quiere un mayor rigor en la evaluación ambiental de proyectos de litio, especialmente en ecosistemas frágiles. Para regiones como Antofagasta, Atacama y Tarapacá —donde la presión por nuevos desarrollos ha crecido al ritmo de la Estrategia Nacional del Litio— la guía marca una línea más estricta para futuros ingresos al sistema. Las empresas deberán describir con exactitud su campo de pozos, el comportamiento de las salmueras, los modelos de reinyección, los impactos acumulativos y la interacción hidrogeológica, un punto sensible para comunidades que han solicitado mayor transparencia y trazabilidad en la explotación del recurso.

Uno de los cambios que genera mayor atención es la incorporación formal de la extracción directa de litio, una tecnología que promete reducir el consumo de agua continental y acelerar la recuperación del metal, pero que aún requiere parámetros comunes para evaluar su comportamiento real en los salares. Desde ahora, cualquier proyecto que opere con DLE deberá entregar balances de masa y energía, eficiencia de recuperación, tratamiento de soluciones, y modelaciones hidrogeológicas que expliquen qué ocurrirá con la salmuera una vez reintegrada al subsuelo. El SEA busca evitar descripciones genéricas y asegurar estándares comparables entre tecnologías nuevas y métodos tradicionales.

La guía también introduce exigencias climáticas ajustadas a la Ley Marco de Cambio Climático, lo que obligará a los titulares a evaluar riesgos climáticos, eventos extremos, variación en la evaporación natural y medidas de adaptación para infraestructura crítica. Este requisito afecta directamente a las operaciones en salares altoandinos, donde cambios en la disponibilidad hídrica pueden alterar procesos mineros y ecosistemas locales.

La publicación abre una etapa donde el estándar ya no se mide solo en inversión, sino en la capacidad de demostrar sustentabilidad, equilibrio hídrico del salar, eficiencia tecnológica y cumplimiento de las expectativas ambientales del país. La industria del litio avanza hacia un modelo en que la transparencia técnica será un factor decisivo para operar.

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