La unión entre Teck Resources Ltd. y Anglo American plc, anunciada en septiembre de 2025 como una “fusión de iguales”, todavía no está cerrada. El acuerdo, valorado en más de US$ 50 mil millones, busca crear uno de los mayores grupos mineros de cobre del mundo, con activos decisivos en Chile como Quebrada Blanca 2 y Collahuasi , ambas en la región de Tarapacá. Sin embargo, el camino hasta su concreción definitiva sigue lleno de pasos críticos y riesgos.

El proceso de cierre podría extenderse entre 12 y 18 meses, según analistas financieros, y requiere cumplir tres grandes condiciones: la aprobación de los accionistas de ambas compañías, el visto bueno de los reguladores en más de una decena de países y la verificación de hitos operativos en los proyectos mineros más relevantes. Teck celebrará su junta extraordinaria el 9 de diciembre para votar la operación, mientras Anglo hará lo mismo en Londres el mismo día. Solo después de esas instancias se iniciará el trámite regulatorio formal.

Los organismos de competencia de Canadá, Estados Unidos, la Unión Europea y China han anticipado revisiones exhaustivas, dado que la fusión concentrará una parte importante de la producción global de cobre. En el caso de Chile, las autoridades deberán analizar el impacto sobre la propiedad cruzada de Quebrada Blanca y Collahuasi, ambas en la zona norte, donde la nueva Anglo Teck dominaría una franja estratégica de la producción nacional.

Otro factor que mantiene el proceso bajo observación es la histórica estructura dual de acciones de Teck, controlada por la familia Keevil a través de títulos con derecho a voto múltiple. Aunque Norman Keevil apoyó el acuerdo bajo la condición de mantener la sede en Canadá, su influencia sigue siendo determinante: sin su respaldo, el cierre podría retrasarse o incluso revertirse si surgen nuevas diferencias en la relación de canje o en la gobernanza de la empresa fusionada.

Los analistas advierten que la fusión podría caerse si alguno de los reguladores rechaza la operación por razones de competencia, si los accionistas de una de las partes votan en contra o si aparece una oferta superior de un tercero, tal como ocurrió en 2024 cuando BHP intentó adquirir Anglo American. También podrían surgir obstáculos si Teck no cumple los objetivos operativos de Quebrada Blanca 2 durante la revisión previa al cierre.

Por ahora, el acuerdo sigue en pie, pero nada garantiza que llegue a puerto sin contratiempos. En el mercado minero global, donde los activos de cobre son cada vez más codiciados, cualquier variación de precios o presión regulatoria puede alterar el equilibrio. La familia Keevil, con su poder de veto histórico, sigue siendo el factor silencioso que podría definir el destino de la fusión.

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