El avance de las mujeres en la gran minería chilena continúa, pero con señales que llaman a no bajar la guardia. Según el último informe de la Alianza CCM‑Eleva, publicado en agosto de 2024, la participación femenina en el sector alcanzó un 21,8 % al primer semestre de este año, una cifra que triplica el nivel registrado en 2018. No obstante, el mismo monitoreo muestra que la tasa de contratación de mujeres cayó al 38,6 %, encendiendo alertas sobre una posible desaceleración en el ritmo de inclusión.
Los datos provienen del sistema de monitoreo de indicadores de género que CCM‑Eleva desarrolla semestralmente con apoyo del Ministerio de Minería. Este instrumento recopila información de dotación laboral y nuevas contrataciones entregada por más de 20 compañías mineras y proveedoras, cubriendo cerca del 95 % de la gran minería del país. En términos absolutos, actualmente hay 11.061 mujeres trabajando en minería, lo que representa un crecimiento sostenido respecto al 8,9 % de 2018 y al 19 % alcanzado en diciembre de 2023.
El documento también revela importantes diferencias entre regiones. Coquimbo lidera la participación femenina con un 25,8 %, seguida por Antofagasta (23,6 %) y la Macrozona Centro (23,2 %). En contraste, la Región de Tarapacá registró una baja significativa, pasando de 16,4 % a 13,9 % en solo seis meses. La disparidad regional pone de manifiesto la necesidad de estrategias focalizadas que reconozcan las particularidades territoriales y refuercen los esfuerzos de inclusión.
Un punto crítico del informe es la caída en el porcentaje de mujeres contratadas. Si bien en diciembre de 2023 se había alcanzado un récord de 47 % en la incorporación de talento femenino, durante el primer semestre de 2024 esta cifra se redujo a 38,6 %, lo que se traduce en 789 nuevas contrataciones de mujeres. Si esta tendencia se mantiene, advierte el estudio, podría producirse un estancamiento en la participación general femenina en el mediano plazo.
“La participación femenina ha mostrado un crecimiento continuo, pero cada vez más lento. Esta situación podría evitarse, por ejemplo, incrementando la matrícula de mujeres en programas formativos afines a la minería”, señala el informe. En ese contexto, la Alianza CCM‑Eleva recomienda fortalecer las estrategias de atracción temprana desde el sistema escolar y técnico-profesional, así como mejorar los procesos de selección y retención para hacerlos más inclusivos.
Desde el Ministerio de Minería, la ministra Aurora Williams valoró el crecimiento, pero también hizo un llamado a continuar impulsando el cambio cultural. “Recibimos con alegría las cifras actualizadas, que dan cuenta de un trabajo conjunto entre sector público y privado. Pero deben motivarnos a seguir generando condiciones habilitantes para alcanzar una industria no masculinizada”, expresó.
El monitoreo es una herramienta central para verificar el cumplimiento de los objetivos de la Política Nacional Minera 2050, que proyecta alcanzar un 20 % de participación femenina al 2030 y un 35 % al 2050. Si bien la meta 2030 ya fue superada, el desafío ahora es sostener ese avance y evitar retrocesos. La cifra de 21,8 % marca un hito, pero también una advertencia: los cambios estructurales requieren constancia, inversión en formación y políticas públicas decididas.
