• En el Día del Minero 2025, la minería reafirma su rol clave en empleo, PIB y seguridad laboral en Chile.

En agosto, Chile celebra su identidad minera. El Mes de la Minería no es solo un espacio para ceremonias y discursos: es un recordatorio de que esta actividad ha sido, y sigue siendo, el motor que impulsa gran parte del desarrollo económico y social del país. El 10 de agosto, Día del Minero, rinde homenaje a quienes, con esfuerzo y sacrificio, trabajan en uno de los oficios más antiguos y relevantes de la historia nacional. La fecha no es casual; se vincula con San Lorenzo, patrono de los mineros, cuya figura simboliza entrega y fortaleza.

Hoy, los números son contundentes. Según SONAMI, Cochilco e INE, en 2025 la minería chilena emplea directamente a 280 mil personas y genera 620 mil empleos indirectos, sumando más de 900 mil puestos laborales en todo el país. Esto significa que uno de cada diez empleos en Chile está vinculado directa o indirectamente a esta industria. En regiones como Antofagasta y Atacama, el impacto es aún más profundo: la minería concentra más del 70% del PIB regional y sostiene gran parte de su dinamismo económico.

En el plano nacional, el sector aporta más del 10% del PIB y más del 50% de las exportaciones chilenas, con una contribución sostenida a los ingresos fiscales que en algunos años ha representado hasta un quinto del presupuesto del Estado. Esto se traduce en recursos para educación, salud, infraestructura y programas sociales en todo el territorio.

Sin embargo, el trabajo minero sigue siendo exigente y riesgoso. De acuerdo con Sernageomin, en lo que va de 2025 se han registrado 11 fallecidos en faenas mineras, cifra marcada por el accidente en la mina El Teniente el 31 de julio, donde perdieron la vida seis trabajadores. Aunque las cifras de accidentes han caído un 80% en la última década, la pequeña minería sigue concentrando proporcionalmente más fatalidades que la gran minería, lo que exige reforzar la capacitación, la fiscalización y la cultura de seguridad.

La minería es, sin duda, el corazón productivo del país, pero también es una actividad que exige un compromiso con las personas que la sostienen. Este Día del Minero, el homenaje va más allá de la conmemoración: es un llamado a mantener a la minería como motor económico, garantizando operaciones seguras, eficientes y sostenibles, para que la prosperidad de Chile no se logre a costa de la vida de quienes la hacen posible.

En las profundidades de un pique o en las salas de control de última tecnología, cada minero y minera es parte de una historia colectiva que ha forjado el país. Cuidarlos y proyectar la minería hacia un futuro más seguro es una responsabilidad compartida por toda la nación.

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