La industria minera global está viviendo un periodo de fusiones y adquisiciones que están redefiniendo el panorama competitivo. El ejemplo más reciente es la fusión acordada entre Anglo American (Reino Unido) y Teck Resources (Canadá) para crear “Anglo Teck”, un gigante minero valorado en más de US$50.000 millones. Se trata de la mayor operación de este tipo en años, uniendo a dos compañías que hasta hace poco habían rechazado intentos de compra por parte de sus rivales. Frente a este contexto, cabe preguntarse cómo se está moviendo el tablero del negocio minero y cuáles son las implicancias de esta ola de consolidación enfocada en los minerales críticos.

La fusión Anglo American–Teck: un nuevo gigante del cobre
Anglo American y Teck anunciaron en septiembre de 2025 una fusión de iguales que creará un actor dominante enfocado en cobre y otros minerales estratégicos. Las propias compañías señalaron que el nuevo grupo “será uno de los mayores productores mundiales de cobre”.
Aspectos clave de este acuerdo:
- Magnitud de la fusión: valorada en más de US$50.000 millones, es la mayor operación minera en al menos una década y la segunda más grande de la historia, solo detrás de la fusión Glencore–Xstrata de 2013. Anglo Teck se proyecta como la quinta compañía de cobre más grande del mundo por nivel de producción.
- Estructura accionaria: los accionistas de Anglo American poseerán un 62,4% de la nueva empresa y los de Teck el 37,6% restante. La transacción se estructuró como un canje accionario “sin prima”.
- Sede y cotización: Anglo Teck tendrá su sede global en Vancouver, Canadá, pero mantendrá su cotización principal en la Bolsa de Londres. También se espera que lo haga en Toronto y Nueva York, aunque seguirá legalmente incorporada en Reino Unido.
- Gobierno corporativo: Duncan Wanblad (CEO de Anglo American) asumirá como presidente ejecutivo, mientras Jonathan Price (CEO de Teck) será director general adjunto. El directorio será equitativo entre ambas compañías.
- Sinergias: se estiman ahorros de ~US$800 millones anuales hacia el cuarto año gracias a economías de escala, eficiencias operativas y optimización de inversiones. Entre los ejemplos está la cercanía de sus operaciones en Chile, como Collahuasi y Quebrada Blanca.
- Plazos regulatorios: se espera que la operación tome entre 12 a 18 meses, con aprobación de autoridades en Canadá, Reino Unido, EE.UU. y China. El cierre podría ocurrir hacia fines de 2026.
El mercado reaccionó con optimismo: las acciones de Anglo American subieron 8% en Londres y las de Teck 14% en Toronto. Directivos e inversionistas destacaron que la unión responde a una lógica industrial clara: carteras complementarias, valores comunes y el objetivo de crear una empresa líder mundial en minerales críticos.
Enfoque en minerales críticos y transición energética
Un factor central detrás de este movimiento es la creciente demanda de minerales “verdes”. El cobre, en particular, es esencial para la transición energética y se utiliza en paneles solares, turbinas eólicas, baterías de vehículos eléctricos, redes eléctricas y centros de datos. Analistas estiman que la electrificación y la descarbonización mantendrán una demanda estructuralmente alta del metal rojo durante las próximas décadas.
Anglo y Teck ya venían reorientando sus carteras: Anglo desinvirtió en carbón térmico y evalúa desprenderse de negocios de platino y diamantes, mientras Teck vendió su división de carbón metalúrgico a Glencore en 2023 por casi US$7.000 millones. Ambos apuntan a concentrarse en cobre, zinc, hierro y nutrientes, los llamados “minerales del futuro”.
La nueva Anglo Teck encarna esa visión: convertirse en un campeón de minerales críticos, con mayor tamaño y resiliencia para invertir en grandes proyectos y responder a la demanda global.
Consolidación y competencia en el sector minero
La fusión se suma a una ola más amplia de consolidación. En los últimos años, BHP compró OZ Minerals por US$6.400 millones, Newmont adquirió Newcrest por US$19.000 millones y Glencore intentó sin éxito fusionarse con Teck. Estas jugadas reflejan cómo las grandes buscan reforzar su exposición a minerales estratégicos.
El acuerdo Anglo-Teck también es una estrategia defensiva: juntas, las compañías alcanzan una escala que las protege frente a potenciales OPA (Oferta Pública de Adquisición) hostiles de gigantes como BHP o Glencore. Sin embargo, analistas advierten de un posible “riesgo de intrusos” con ofertas rivales durante el proceso regulatorio.
Detrás de este movimiento hay un trasfondo: tras la austeridad de la última década, la industria ahora necesita correr para asegurar suministro de cobre ante una posible escasez. La vía rápida: fusiones y adquisiciones, que otorgan acceso a reservas ya descubiertas y proyectos en marcha.
La carrera por liderar la producción de cobre
Históricamente, Codelco ha liderado la producción mundial de cobre, pero enfrenta caídas por agotamiento y retrasos en proyectos. Esto abrió espacio para que BHP, con Escondida, esté en condiciones de desplazarla del primer lugar. Freeport-McMoRan también acecha desde Indonesia.
Anglo Teck debutará entre los cinco mayores productores, con activos clave en Chile (Los Bronces, Collahuasi, Quebrada Blanca) y Perú (Quellaveco y Antamina). Su producción combinada, aunque aún menor que la de BHP o Codelco, podría superar el millón de toneladas con expansiones en marcha. Así, el tablero del cobre se reconfigura: BHP cerca de la cima, Codelco defendiendo su sitial, y nuevos jugadores fusionados disputando posiciones.
Perspectivas a futuro
La tendencia hacia menos actores pero más grandes y especializados parece consolidarse. Si la fusión se concreta, Anglo Teck tendrá el tamaño y enfoque para influir en el mercado del cobre y disputar liderazgo a las majors. La competencia por los minerales críticos continuará, mientras empresas estatales como Codelco deberán redoblar esfuerzos para mantener su rol histórico en un escenario donde los privados suman mayor músculo financiero.
En esta partida de ajedrez corporativo, cada movimiento impacta la cadena global. Países productores como Canadá y Chile siguen atentos, conscientes de que estas decisiones afectan inversiones, empleo y recursos fiscales. La nueva era de la minería mundial se definirá entre cooperación y competencia, con el cobre en el centro de la transición energética.
