• Barrick estudia dividir su negocio y desprenderse de activos en África y Asia para reforzar su foco estratégico en Norteamérica.

La minera canadiense Barrick evalúa un giro estructural que podría redefinir su presencia global. La junta directiva abrió la discusión sobre la posibilidad de dividir la empresa en dos entidades: una focalizada en Norteamérica y otra orientada a las operaciones de África y Asia. Fuentes conocedoras del proceso señalaron que la separación incluiría la eventual venta de la mina Reko Diq en Pakistán, una vez asegurada su financiación, así como la desinversión en activos africanos considerados estratégicos, pero expuestos a alta volatilidad política.

En el caso de Malí, la compañía intenta resolver una compleja disputa con la administración militar antes de avanzar hacia una venta. El conflicto llevó este año a la pérdida del control del complejo Loulo-Gounkoto, su operación más rentable, generando un impacto estimado en mil millones de dólares, la incautación de oro y el encarcelamiento de cuatro trabajadores. Esta situación reforzó las advertencias de los inversionistas sobre los riesgos operacionales en jurisdicciones inestables.

Si el plan avanza, revertiría de forma significativa la integración realizada con Randgold en 2019 y aislaría los activos incorporados bajo la gestión del ex CEO Mark Bristow. La estrategia, según una fuente, apunta a garantizar que la compañía no sea infravalorada en un escenario de adquisición, poniendo el énfasis en proyectos norteamericanos como Fourmile, en Nevada, cuya producción de prueba comenzará en 2029 y es considerada una de las minas de oro sin desarrollar más relevantes del continente.

La señal de priorizar Norteamérica provocó movimientos inmediatos en el mercado. Analistas de Jefferies y otras firmas elevaron la calificación de la acción tras declaraciones del director ejecutivo interino, Mark Hill, quien reiteró que la compañía concentrará su energía en esta región. Las acciones de Barrick cerraron con un alza del 3% en Toronto luego del reporte inicial, aunque pesan evaluaciones de largo plazo: pese al repunte de 130% en 2025, la rentabilidad de los últimos cinco años ha quedado por debajo de competidores como Agnico Eagle.

Históricamente, inversionistas han advertido que una estructura dual permitiría separar activos estables —como Nevada y Fourmile— de operaciones de mayor riesgo en África, Papúa Nueva Guinea, República Democrática del Congo, Tanzania y República Dominicana. La junta analiza estas propuestas desde hace meses, motivada por el alza histórica del precio del oro y la presión para capturar mayor valor bursátil.

Un inversor señaló que, si Nevada cotizara de forma independiente, estaría entre las compañías auríferas de mayor capitalización global. No obstante, la dirección de la minera ha evitado una división en el pasado, argumentando que el portafolio restante perdería atractivo sin la fortaleza que aporta Nevada, operación que mantiene en sociedad con Newmont.

Las conversaciones continúan sin definiciones finales, pero el interés del mercado y la reconfiguración del mapa político en regiones clave abrieron un escenario donde Barrick podría transformarse de forma profunda para proteger su valoración y definir una hoja de ruta más segura para la próxima década.

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