• Antofagasta concentra 126 mil empleos mineros y proyecta 14.500 nuevos al 2032, destacando su rol clave en el desarrollo social y económico del país.

La Región de Antofagasta se consolida como el principal polo laboral de la minería en Chile, con más de 126 mil empleos directos e indirectos vinculados al rubro, según cifras del INE 2024. La proyección hacia el 2032, según el Consejo de Competencias Mineras, anticipa 14.500 nuevos puestos, reflejo del dinamismo económico, la articulación con los sectores energético y logístico, y la creciente inclusión de mujeres en la industria.

La actividad minera en Antofagasta moviliza un ecosistema productivo que integra a empresas mineras, proveedoras, contratistas, servicios logísticos y transporte, lo que ha permitido consolidar un mercado laboral robusto y diverso. Esta red no solo ha reducido el desempleo, sino que ha mejorado la calidad de vida de miles de familias que encuentran oportunidades en la cadena de valor del sector.

De los 287 mil empleos que la minería chilena genera a nivel nacional, Antofagasta concentra el 44%, transformándose en el núcleo de operaciones más relevante del país. Esta concentración laboral confirma la relevancia estratégica de la región tanto en términos de producción como de aportes a la innovación, la formación técnica y el desarrollo territorial.

Estos empleos no son solo cifras: son personas, familias y trayectorias de vida que encuentran en la industria una oportunidad de progreso”, señaló Fernando Cortez, gerente general de la Asociación de Industriales de Antofagasta. “Antofagasta no solo lidera en producción minera, sino también en la capacidad de crear desarrollo social con base en el trabajo digno que debe asegurar espacios para el talento local”, añadió.

En este contexto, proyectos de gran escala como Nueva Centinela, que iniciará operaciones en 2027, demandarán cerca de 13 mil nuevos empleos, mientras que iniciativas energéticas como el Parque Eólico Nuevo Horizonte aportarán 1.200 nuevos trabajos. Estos casos reflejan la sinergia entre minería, energía y logística, generando un entorno favorable para la inversión y la empleabilidad regional.

Además, el sector ha logrado avances significativos en inclusión laboral, con más de 11 mil mujeres integradas a faenas, plantas y servicios especializados. Esta apertura ha estimulado el interés de jóvenes en formación técnica y profesional, fortaleciendo la diversidad y creando una nueva cultura de equidad en una industria históricamente masculina.

Así, con una proyección de crecimiento sostenido hacia 2032 y una base sólida de empleabilidad, Antofagasta ratifica su liderazgo como motor del desarrollo nacional, impulsando cohesión social, formación de capital humano y sustentabilidad territorial.

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