- María Elba Chahuán, Vicepresidenta y Fundadora de Unión Emprendedora.
La típica imagen de inclusión femenina en la industria minera es una mujer usando vestimenta de seguridad arriba de un camión o manejando maquinaria dentro de las faenas. Y claro que ese avance es importante: abrir espacios en roles tradicionalmente masculinos ha significado romper prejuicios y transformar culturas laborales. Pero si de verdad queremos hacer de la minería un sector más inclusivo y diverso, tenemos que mirar mucho más allá de la faena.
La minería no es sólo la extracción de minerales. Es una cadena de valor inmensa y sofisticada que integra transporte, logística, tecnología, mantenimiento, alimentación, servicios financieros, asesorías legales, innovación en sostenibilidad, salud y seguridad laboral, entre tantos otros. En todo este ecosistema hay un potencial gigante para la participación femenina y también una de las claves para acelerar el cambio.
Muchas pymes lideradas por mujeres ya son proveedoras del rubro: empresas de ingeniería, consultoras ambientales, servicios de catering, soluciones tecnológicas. Son emprendedoras y profesionales que aportan no sólo su capacidad técnica, sino también nuevas miradas para resolver problemas complejos, sensibilidad para trabajar con comunidades locales y compromiso con prácticas sostenibles. Sin embargo, estas empresarias todavía enfrentan barreras para consolidarse como proveedoras mineras, ya sea por requisitos demasiado rígidos, redes de contacto cerradas o dificultades para financiar crecimiento.
Si queremos una minería más inclusiva, necesitamos políticas y compromisos concretos que amplíen la participación de ellas en toda la cadena de valor. Incentivar compras inclusivas, apoyar el desarrollo de proveedores liderados por mujeres, facilitar el acceso a financiamiento y crear redes colaborativas no son “extras” ni gestos de buena voluntad: son estrategias inteligentes que fortalecen la resiliencia y la competitividad de la industria.
A fin de cuentas, la diversidad no es sólo un tema de equidad, sino de calidad y futuro. Sectores como la minería enfrentan desafíos enormes: transición energética, presión por una mayor sostenibilidad, expectativas sociales más exigentes. Para navegar esos desafíos se necesitan todas las cabezas, todas las visiones y todos los talentos. Y sé que ahí el liderazgo femenino tiene mucho que decir.
No basta con sumar más mujeres en la faena. Necesitamos sumar más mujeres en la mesa de decisiones, en la cadena de suministro, en la innovación, en las pymes proveedoras. Porque sólo así la minería podrá ser verdaderamente inclusiva, diversa y capaz de liderar el desarrollo de manera sostenible para todos.
