- Canadá aprobó en solo tres meses la fusión Anglo–Teck por US$53 mil millones, marcando un giro para atraer inversión en cobre y minerales críticos.
Canadá aprobó en un plazo inusualmente breve la fusión entre la minera británica Anglo American y la canadiense Teck Resources, una operación valorada en 53.000 millones de dólares que dará origen a uno de los mayores actores globales del cobre. La decisión es interpretada por analistas como una señal política y económica clara: Ottawa busca atraer inversión extranjera estratégica en un escenario marcado por tensiones comerciales con Estados Unidos.
La autorización fue otorgada bajo la Ley de Inversiones de Canadá, luego de apenas tres meses de revisión, un lapso considerablemente menor al habitual para operaciones de esta magnitud en el sector minero. La ministra de Innovación, Ciencia y Desarrollo Económico, Melanie Joly, sostuvo que el acuerdo genera beneficios directos para el país, despejando así el último obstáculo regulatorio clave para concretar la transacción.
El rápido visto bueno contrasta con procesos recientes. En 2024, por ejemplo, Canadá tardó ocho meses en aprobar la compra de la unidad de carbón siderúrgico de Teck por parte de Glencore, imponiendo condiciones estrictas para resguardar el empleo. En ese contexto, la velocidad aplicada al caso Anglo–Teck es leída como un cambio relevante en la estrategia del gobierno canadiense frente a inversiones extranjeras en minerales críticos.
De acuerdo con especialistas legales y económicos, la administración del primer ministro Mark Carney busca reducir la incertidumbre regulatoria y enviar una señal proinversión, especialmente en un escenario internacional tensionado por la política arancelaria de Estados Unidos. Para respaldar el acuerdo, Anglo–Teck comprometió una inversión mínima de 4.500 millones de dólares canadienses en Canadá durante los próximos cinco años.
“El mensaje es claro: Canadá quiere ser percibido como un país abierto a los negocios”, señaló el exdirector de la Oficina de Competencia canadiense, Calvin Goldman, al subrayar que la previsibilidad es un factor clave para las decisiones de inversión de largo plazo en minería.
No obstante, el debate interno sigue abierto. Encuestas recientes muestran que una parte significativa de la ciudadanía mantiene reparos frente a la adquisición de empresas de recursos naturales por capitales extranjeros, reflejando la tensión entre soberanía económica y necesidad de inversión para sostener el crecimiento del sector.
Para la industria minera global —y particularmente para el mercado del cobre— la fusión Anglo–Teck no solo redefine el mapa corporativo, sino que también ofrece una señal sobre cómo los países productores están ajustando sus marcos regulatorios frente a un entorno económico y geopolítico cada vez más desafiante, análisis que Chile País Minero seguirá abordando con foco estratégico y regional.
