• El escenario global de la minería del cobre demanda una inversión estimada de US$ 250 mil millones, debido a la creciente profundidad de los yacimientos y la necesidad de tecnologías avanzadas para mantener la producción y la sostenibilidad.

La industria mundial del cobre enfrenta un punto de inflexión: los yacimientos son cada vez más profundos, costosos de explotar y complejos técnicamente. De acuerdo a un análisis conjunto entre Visual Capitalist y BHP, se estima que se requerirán más de US$ 250 mil millones en inversión para mantener el suministro global en niveles sostenibles, incorporar nuevas tecnologías y responder a la creciente demanda impulsada por la transición energética. En este nuevo escenario, Chile —con minas como Escondida— se mantiene como referencia histórica, pero los desafíos para el futuro ya están definidos.

El cobre es considerado un mineral estratégico para la transición energética, pero los nuevos hallazgos presentan cada vez mayores complejidades. Mientras que Escondida, descubierta en 1981 a tan solo 40 metros de profundidad, permitió el despegue de la minería a cielo abierto en el norte chileno, los nuevos yacimientos como Resolution en Estados Unidos —ubicado a 1.280 metros de profundidad— ilustran los crecientes desafíos del sector.

En el cambiante panorama de la minería del cobre, los depósitos son cada vez más difíciles de localizar y extraer”, plantea el reporte.

Este fenómeno implica mayores costos operativos, inversiones en tecnologías de perforación, ventilación, automatización y sustentabilidad, así como desafíos ambientales y sociales más complejos. Las dificultades geológicas también presionan al alza los precios del cobre, lo que a su vez exige soluciones más innovadoras desde el punto de vista productivo.

En su análisis, BHP estima que el mundo requerirá más de 250.000 millones de dólares en nuevas inversiones para sostener la producción en los próximos años, considerando que muchos yacimientos actuales entrarán en declive natural y que los nuevos están en zonas remotas, a gran altitud o bajo condiciones geotécnicas extremas.

El informe destaca además cómo el acceso a estos recursos profundos está moldeando la nueva minería global, con ejemplos que incluyen no solo Chile y EE.UU., sino también proyectos en Perú, RDC, Mongolia y Argentina.

En ese contexto, Chile mantiene su liderazgo como país minero, pero enfrenta el desafío de adaptar su política minera, ambiental y tecnológica para seguir siendo competitivo. La inversión en exploración profunda, nuevas capacidades de fundición y cadena de valor del cobre —incluido el reciclaje y baterías— será clave para sostener su protagonismo.

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