- SQM redujo en un 82% los delitos y eliminó por completo los robos de camionetas e infraestructura crítica, gracias a su trabajo con ALTO Chile.
Hasta 2023, los delitos —muchos de ellos violentos— afectaban gravemente a SQM, generando pérdidas millonarias y un clima de inseguridad en sus operaciones. Hoy, la compañía logró revertir ese escenario gracias a un plan integral de seguridad desarrollado junto a ALTO Chile, que combinó innovación tecnológica, análisis de datos y coordinación penal efectiva.
El aumento de delitos en el sector minero tras la pandemia obligó a las empresas a reforzar sus protocolos de protección. En Chile, las denuncias por robos de vehículos alcanzaron las 16.283 durante 2025, según Carabineros, mientras que la PDI registró más de 2.800 robos de camionetas solo en la industria minera en 2024. Este contexto evidenció la urgencia de fortalecer la seguridad en faenas y áreas críticas.
“Tras la pandemia, comenzamos a ser atacados en zonas aisladas, con poca cobertura. Llegábamos y encontrábamos cables cortados y operaciones detenidas”, explica Luis Soto, jefe de Seguridad de SQM División Nitratos y Yodo. La compañía, agrega, “no contaba con una planificación estratégica sólida, lo que aumentó los delitos y el temor entre los trabajadores”.
El giro llegó con la implementación de un modelo integral junto a ALTO Chile, centrado en la prevención mediante inteligencia de datos, asesoría legal y estrategias de disuasión. “Diseñamos estrategias efectivas con una visión integral, combinando innovación, colaboración y compromiso de todos los actores”, afirma Eduardo Hernández, gerente Legal & Compliance de ALTO Chile.
Los resultados son contundentes: una reducción del 82% de los eventos delictivos, cero robos de camionetas desde abril de 2023 y ningún robo de cables en infraestructura crítica desde junio del mismo año. Además, se decomisaron 2,3 toneladas de cobre y se detectaron 23 chatarrerías que operaban en zonas colindantes a faenas. En el ámbito penal, se lograron 10 condenas efectivas, con penas de entre 41 y 300 días de presidio, reforzando el efecto disuasivo.
El impacto positivo también se refleja en el clima laboral. “Hoy los trabajadores se sienten más seguros; se acabó la impunidad. Ahora hay seguimiento efectivo y consecuencias penales”, destaca Soto.
Desde ALTO Chile, Hernández agrega que “las bandas criminales se han sofisticado, por lo que la respuesta debe ser igual de avanzada. No basta con más cámaras o guardias: se requiere inteligencia, colaboración y una cultura de prevención permanente”.
Con este enfoque, SQM y ALTO Chile demuestran que la seguridad minera puede gestionarse de forma proactiva, protegiendo vidas, operaciones y recursos estratégicos para el país.
