• Antofagasta, Atacama y Tarapacá no solo comparten territorio y minería: hoy compiten abiertamente por convertirse en el eje productivo, logístico y político del país. Con más del 60% de la inversión minera proyectada al 2032 concentrada en el norte, las decisiones que se tomen en esta década marcarán el futuro económico de Chile hasta 2050.

Chile se juega mucho más que su liderazgo minero en los próximos dos años. Con más del 60% de la inversión minera proyectada al 2032 concentrada en el norte grande, la pregunta ya no es quién produce más, sino quién se conecta mejor, quién innova más y quién lidera el desarrollo productivo del país hacia 2050.

Según la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), más del 60% de los US$65.700 millones en inversión minera proyectada al 2032 se concentra en el norte grande. Pero no todas las regiones están igual de preparadas para capturar esa oportunidad histórica.

Antofagasta: capital minera consolidada

Con yacimientos de clase mundial como Escondida, Chuquicamata, Spence, Zaldívar y Lomas Bayas —responsables de una parte significativa del PIB minero nacional—, Antofagasta concentra el 44% del empleo minero del país. Solo Escondida, la mayor mina de cobre del mundo, representa cerca del 1% del PIB chileno y más del 20% de la producción nacional.

Orlando Gahona, director del Clúster Minero de Antofagasta, lo sintetiza: “El clúster permite aumentar la competitividad de la industria minera y de la región. No se trata solo de extracción: es cooperación, transferencia de conocimiento y desarrollo de capital avanzado”.

Fernando Cortez, gerente general de la AIA, refuerza esa visión articuladora: “Antofagasta no depende del recurso natural, sino de su estructura productiva articulada. Desde los años 90, construimos una visión de desarrollo con proveedores, universidades y planificación a largo plazo”.

La reciente controversia sobre los proyectos de litio de BYD y Tsingshan —ambos planificados para la Región de Antofagasta— dejó en evidencia la fragilidad institucional frente a iniciativas estratégicas. El Gobierno confirmó que dichas inversiones fueron desistidas, mientras que la Embajada de China aseguró públicamente que ambas compañías mantienen el interés en continuar el diálogo. El episodio reflejó cuán determinante puede ser la claridad regulatoria y la gobernanza territorial para concretar inversiones complejas.

Atacama: frontera geológica y solar

En Copiapó, la radiación solar marca récords. Y en paralelo, la región se mueve para posicionarse como un actor clave dentro del Corredor Bioceánico Vial. Si bien el trazado original no pasa por su territorio, Atacama ha manifestado públicamente su interés por integrarse a esta ruta internacional, compitiendo de forma soterrada con Tarapacá y Antofagasta por captar inversiones logísticas, energéticas e industriales asociadas a esta nueva plataforma continental. Pero lo que más llama la atención en la Región de Atacama es su dinamismo geológico. De acuerdo al Catastro de Empresas Exploradoras 2024 de Cochilco, lidera la exploración minera en Chile con 99 proyectos activos (44% del total nacional), seguida por Antofagasta con 47 (21%) y Coquimbo con 29 (13%). Esta actividad intensa revela que en Atacama no solo se mira al litio: cobre, oro, plata y tierras raras están en la mira. La región busca redefinir su matriz extractiva y consolidarse como nueva frontera de expansión geológica.

Juan José Ronsecco, presidente de CORPROA, lo resume así: “Tenemos ventajas naturales, pero aún muchas brechas. Necesitamos desatar los nudos críticos en torno a la aprobación de proyectos y el desarrollo de infraestructura regional que permita atraer capital y talento”.

Tarapacá: logística para el desarrollo

Iván Berríos Camilo, presidente del directorio de ZOFRI S.A., es claro: “La inminente puesta en marcha del Corredor Bioceánico Vial no solo fortalecerá las relaciones con Argentina, Paraguay y Brasil, sino que generará una demanda logística en la que ZOFRI juega un rol preponderante. Sumaremos las cargas que llegarán a Pozo Almonte, Iquique y Alto Hospicio para ser enviadas a Estados Unidos y el Asia Pacífico”.

Además, Berríos destaca la llegada de inversionistas desde Rosario y Buenos Aires, y el interés de industrias de Henan (China) por instalarse en la región. “Estas situaciones nos obligaron a invertir más en los parques de Alto Hospicio y Arica”, asegura. También se abren oportunidades para exportar productos agroindustriales y minerales como plata, zinc y litio. “Hay cabida para todo”, resume.

Desde la Asociación de Industriales de Iquique y el Tamarugal (AII), su gerente general, Marcos Gómez, sostiene que “desde todos los sectores productivos, políticos y sociales debemos impulsar este gran proyecto y generar las condiciones para que las oportunidades se traduzcan en negocios reales”. Y advierte: “Aún falta consolidar inversiones en infraestructura logística, portuaria y vial”.

¿Quién liderará el norte en 2050?

Antofagasta concentra el mayor volumen de inversión, infraestructura y gobernanza técnica. Atacama emerge como la región exploradora, con litio y energía solar como apuestas principales. Tarapacá consolida su posición como eje logístico internacional.

La competencia no será por quién extrae más. Será por quién crea más valor, diversifica, atrae talento e instala capacidades industriales. En los próximos dos años, se definirá si el norte consolida un modelo productivo competitivo y sostenible o si pierde la oportunidad ante regiones o países que avancen más rápido.

En esa carrera, no solo se juega la producción: también la conexión. Y en el tablero del Corredor Bioceánico, todas las regiones quieren convertirse en eje.

Mientras tanto, los camiones siguen cruzando el desierto. Ya no levantan solo polvo: transportan, literalmente, el futuro económico de Chile.

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