• Por Manuel Viera Flores, Presidente de la Cámara Minera de Chile.

Es claro que el Presidente de EE.UU. ha reconfigurado el comercio internacional y ha transformado la manera de hacer negocios con el argumento de la guerra comercial con China que está perdiendo, también es claro que el libre mercado está muriendo y nos vamos directo a la época del proteccionismo que favorece a las potencias manufactureras y no a Chile, pues solo vendemos materia prima sin valor agregado.

En 2024 Chile exportó aproximadamente $6,200 millones de dólares en cobre a Estados Unidos, lo que representa alrededor de 35,7% del total de las importaciones estadounidenses de cobre. En términos de volumen, Chile exportó 544 mil toneladas de cátodos de cobre a EE.UU. por un valor de $5,080 millones entre enero y noviembre de 2024.

Nuestras autoridades pasaron del asombro y hasta ningunear el impacto, a formar un comité con los gremios y los privados cosa que nos agrada, pero también ocurrió un fenómeno digno de darlo a conocer:  la sociedad entera hoy habla del cobre y que debemos protegerlo, incluso hasta el Presidente Boric expresó “que—si nos tocan el cobre chile se une a defenderlo”.

Debemos estar atentos a las palabras del Secretario de Comercio, Howard Lutnick quien dijo: “debemos traer todo el cobre a EE.UU”.

Como se sabe, el cobre es un commodity con demanda inelástica: aunque su precio aumente, su consumo no se reduce significativamente.

Expertos explican que, si consideramos una subida del 50% producto del arancel podría traducirse en una reducción de solo un 16% en la demanda de EE.UU. , pero en un horizonte de mediano plazo de 7 a 10 años.

¿Cuánto podría perder Chile con un arancel del 50% al cobre?

En 2024, Chile exportó US$ 5.900 millones en cobre a Estados Unidos. Una caída del 16% implicaría una pérdida de aproximadamente US$ 900 millones acumulados en ese período.

A juicio de la Cámara Minera de Chile existe una oportunidad de aplicar una estrategia de negociar con dicho país y ofrecerle que se instale con fábricas en Chile, y así obtiene nuestro cobre, además generaría empleos de calidad en el país, esta es una buena estrategia en vez de ir a negociar rebajas de aranceles, lo que no va a ocurrir.

También es una oportunidad de aprovechar la bonanza de la subida del precio del cobre y vender ese 11.3% de cobre refinado que se exporta a EE.UU. a otros países libres de estos aranceles.

¿Pero, cuál es la estrategia final de Donald Trump?

¿Quizás nuestras autoridades no se han dado cuenta, pero la estrategia final de EE.UU. es la explotación irracional de los fondos marinos a nivel mundial, está apostando a la minería submarina?

¿POR QUÉ EXPLOTAR MINERALES DE LOS FONDOS MARINOS?

Primero es más barato: es más rápido explotar los nódulos metálicos, tienen excelentes leyes, mejores que las del continente. El cree que en 10 años puede producir 1.000 millones de toneladas de cobre y así podrá autoabastecerse. Es la estrategia de adueñarse de las principales materias primas críticas o minerales críticos que en el mar no tienen dueño a diferencia del continente.

En abril de 2025, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva para impulsar la explotación del fondo del océano, en especial la controvertida extracción de minerales críticos, un sector clave para el desarrollo tecnológico. El mandatario estadounidense ordenó a los secretarios del Interior y de Comercio, Doug Burgum y Howard Lutnick, agilizar la exploración y la tramitación de permisos para la minería en aguas profundas, con la idea de que el país lidere esta nueva industria.

 Existe un organismo, la AIFM, mandatado por Naciones Unidas que ha sido desafiada en su rol de gobernar los fondos oceánicos para proteger el patrimonio común de la humanidad y, en caso de desarrollar la minería de los fondos marinos, poder asegurar beneficio universal, EE.UU. creó otra institución paralela, NOAA, Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, (National Oceanic and Atmospheric Administration en inglés), esta agencia reguladora paralela fue dotada de poder para administrar los recursos marinos y costeros, entre otras atribuciones.

Estados Unidos no es firmante de la CONVEMAR, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que establece un marco legal para los océanos.  Así, el hecho de no tener un Código Minero racional y justo es un excelente argumento para realizar cualquier actividad en los fondos oceánicos internacionales, dado que EE.UU. se rige por NOAA y no por AIFM.

Es decir, EEUU hace lo que quiere con los minerales que están en los fondos marinos con el inminente peligro de no solo ensuciarlos, y que ya están contaminados, sino también perturbar las leyes comerciales de los minerales críticos. Nuestros océanos albergan una gran biodiversidad, incluyendo especies aún por descubrir, pero los fondos marinos se enfrentan ahora a una nueva amenaza, la minería submarina.

De acuerdo con estudios científicos internacionales, los abundantes nódulos polimetálicos existentes en el fondo marino proveen un cobre con una ley que promedia 7%, en tanto que, las mejores leyes de las minas de cobre en explotación en Chile están entre 0,5% y 1%.  (Mulsow, Fernández).

Debemos recordar que los fondos marinos son un almacén muy importante de “carbono azul”, es decir, el carbono capturado por los océanos, los ecosistemas costeros y los organismos que viven en ellos, y se almacena en forma de biomasa y sedimentos en los fondos marinos.

A través de contratos internacionales de exploración y explotación (31 a la fecha), celebrados al amparo de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 (CONVEMAR) y la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (AIFM), países como China, Rusia, Japón, Corea del Sur, Francia, Alemania, Reino Unido y Bélgica, pueden explorar un área de la Zona (hasta de 75.000 km²). La licencia de exploración es válida por 15 años.

Las actuales regulaciones de estos contratos, elaborados por la AIFM, serán subsumidas en un cuerpo normativo internacional de mayor alcance: el Código de Minería. Este proyecto contiene disposiciones técnicas, financieras y ambientales, el que podría ser aprobado antes de 2024, de acuerdo a la suspensión acordada en la última sesión de la AIFM en julio de 2023. Esta moratoria fue liderada por Chile y Francia, entre una veintena países.

En los fondos marinos se encuentran importantes reservas de cobre, cobalto, níquel, zinc, plata, oro y tierras raras. Las que Despiertan el apetito de las grandes potencias.

En las profundidades marinas, estos minerales se encuentran en nódulos polimetálicos de formación lenta, del tamaño de una patata, así como en sulfuros polimetálicos (grandes depósitos de compuestos de azufre y otros metales que se forman alrededor de fuentes hidrotermales) y costras ricas en metales en montañas submarinas (montes submarinos). Si bien el interés comercial por estos minerales ha existido durante décadas, los recientes avances tecnológicos han hecho posible la explotación minera de estas zonas mediante el envío de vehículos para extraer los depósitos minerales del fondo marino.

Quienes defienden la minería en aguas profundas argumentan que puede ayudar a satisfacer la apremiante necesidad mundial de minerales críticos, que probablemente seguirá creciendo a medida que los países inviertan más en descarbonización, digitalización, defensa e infraestructura. Se estima que la demanda mundial de níquel, cobalto y tierras raras podría duplicarse para 2040 en un escenario de cero emisiones netas. Varios estudios han concluido que no hay escasez de recursos minerales terrestres, pero el mundo aún enfrenta importantes obstáculos para localizar reservas viables y ampliar rápidamente las operaciones de minería y procesamiento.

El Gobierno de Chile, presentó una solicitud de moratoria de 15 años ante la ONU, con el objetivo de que se pueda obtener mayor evidencia científica que permita garantizar la protección de los ecosistemas marinos.

En resumen, ahora no solo el cobre continental está amenazado por EE.UU. sino también posiblemente nuestros fondos marinos, donde se encuentran importantes yacimientos como nódulos y reservas metalíferas.

¿Pero, qué puede hacer Chile con acciones??

La Cámara Minera de Chile recomienda como acciones inmediatas una legislación y definir una política de exploración y explotación de los fondos marinos, pero con sentido planetario, esto es cuidar los ecosistemas y los seres vivos que él viven.

Para el cobre, definir la estrategia de que EE.UU.  instale fábricas en Chile y compre productos manufacturados, lo que debería ser para cualquier empresa que se instale en nuestro país con la política de industrializar el cobre y litio.

Para Industrializar se necesitan fundiciones para no ser más vulnerables y dependientes de estas medidas proteccionistas de EE.UU.  o de cualquier país.

El Cobre y los fondos marinos están amenazados. Qué hacer, es el desafío para las autoridades.

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