• Minería estratégica en tiempos de guerra: el caso chileno del manganeso (1884-1953)

Por Damir Galaz-Mandakovic, Doctor en Historia y Doctor en Antropología

Durante gran parte del siglo XX, la minería del manganeso en Chile operó en las sombras de industrias más prominentes como el cobre, el salitre y el oro. Sin embargo, en tiempos de conflicto bélico, este mineral se tornó crucial para la industria del acero, transformándose en un insumo estratégico que situó al Norte Chico chileno en el engranaje geopolítico global de la guerra.

Una minería eclipsada, pero estratégica

Aunque relativamente ignorada por la historiografía nacional, la minería del manganeso ocupó un rol clave como recurso de interés militar. Su uso en la fabricación de acero inoxidable, estructuras navales y armamento lo convirtió en un bien escaso y valioso durante las dos guerras mundiales. Si bien podía ser sustituido en ciertos procesos, sus propiedades como desoxidante y desulfurante lo hicieron irremplazable en otros.

El distrito de Corral Quemado y la demanda internacional

Desde fines del siglo XIX, el distrito de Corral Quemado, en la actual Región de Coquimbo, emergió como el principal centro productor de manganeso en Chile. En 1884, la Chilean Manganese Mines Company inició operaciones, alcanzando un peak de 52.000 toneladas en 1892. Sin embargo, la irrupción de manganeso ruso a bajo costo llevó a un colapso temporal del sector.

La Primera Guerra Mundial revitalizó la industria, con Chile y Brasil como productores clave para la industria siderúrgica británica y, más tarde, estadounidense. No obstante, tras el conflicto, la demanda volvió a caer. En los años 20, la minería del manganeso sobrevivió abasteciendo al mercado interno —particularmente a la industria del vidrio y las fundiciones— pero con escasa mecanización, baja ley del mineral y dependencia externa.

Segunda Guerra Mundial: auge, enfermedad y colapso

Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, el manganeso fue declarado insumo estratégico. Organismos estatales como CORFO y la CACREMI impulsaron su explotación, estableciendo la Compañía Manganesos de Atacama S.A., que adquirió antiguos yacimientos operados por empresarios alemanes. El gobierno de Estados Unidos, a través de la Metals Reserve Corporation, financió exploraciones y firmó contratos de suministro con Chile.

En 1943, Chile debía enviar 120.000 toneladas de manganeso a EE. UU., un volumen que superaba ampliamente su capacidad logística y productiva habitual. Las dificultades geográficas, la saturación portuaria y los límites del transporte ferroviario pusieron en jaque el cumplimiento de los acuerdos, llevando al colapso operativo.

Trabajo precario y enfermedad profesional

La minería del manganeso se desarrolló bajo condiciones rudimentarias y peligrosas: extracción manual, pozos de hasta 70 metros, transporte en carretillas y sin equipos de protección. Uno de los efectos más devastadores fue el manganismo o “locura mangánica”, enfermedad profesional reconocida desde 1927, provocada por la inhalación prolongada de polvillo de manganeso. Sus síntomas incluían trastornos psicomotores y psiquiátricos, ampliamente documentados en denuncias parlamentarias de la época. También se evidenció trabajo infantil, ausencia de previsión y condiciones sanitarias inhumanas.

Fin de un ciclo: paz, cesantía y olvido

Con el término de la guerra, la demanda internacional se desplomó. Estados Unidos optó por abastecerse desde proveedores más cercanos como México y Cuba, lo que dejó a Chile fuera del mercado. La sobreproducción no entregada provocó cesantía masiva, quiebra de pequeños productores y movilizaciones sociales.

El gobierno intentó mantener la actividad a través de programas de empleo y fomento a nuevas aleaciones como el ferromanganeso y silicomanganeso, sin éxito. Un leve repunte durante la guerra de Corea (1950-1953) no logró revertir la caída, y la irrupción de grandes reservas en Brasil y Gabón selló el destino del manganeso chileno.

Conclusión

La historia del manganeso en el Norte Chico simboliza los límites de una economía extractiva dependiente de los vaivenes de la política internacional. Su auge fue bélic.o; su decadencia, consecuencia de la paz. Las condiciones laborales extremas, la falta de modernización y el abandono institucional evidencian un sistema minero que, lejos de la narrativa heroica de la gran minería, operó como un eslabón precario dentro de una maquinaria global más grande.

Chile fue útil mientras hubo guerra. Después, fue olvidado.

Referencias para profundizar:

  • Arriaza, B., & Galaz-Mandakovic, D. (2022). Manganese mining in Corral Quemado: extractivism Processes that resulted in manganese madness among miners (Coquimbo region, Chile, 1941–1969). Labor History, 63(5), 548–567. https://doi.org/10.1080/0023656X.2022.2111550
  • Galaz-Mandakovic, D. (2023). Viva en la guerra, agonizante en la paz: La minería del manganeso en Chile y la inscripción estratégica del norte chico en el orbe de los conflictos (1884-1953). Perfiles Económicos, 119–141. https://ieya.uv.cl/index.php/Perfiles/article/view/3427

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