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- La minería submarina emerge como una preocupación ambiental, según Greenpeace, que advierte sobre los devastadores efectos en los ecosistemas marinos y la biodiversidad. Marta Martín, de Greenpeace España, nos explica los riesgos y posibles soluciones.
La minería submarina, una industria emergente, está en la mira de Greenpeace debido a sus potenciales efectos destructivos en los ecosistemas marinos y la biodiversidad. Marta Martín, responsable de océanos y pesca en Greenpeace España, destaca que la extracción de minerales como cobalto, níquel y manganeso de los fondos marinos podría desencadenar impactos irreversibles.
Martín explica que la utilización de grandes máquinas para extraer estos minerales perturba los fondos marinos, destruyendo los ecosistemas y la biodiversidad que dependen de ellos. Además, señala que esta práctica podría liberar CO2 capturado en los fondos marinos durante millones de años, exacerbando el cambio climático.
Uno de los aspectos más preocupantes es el impacto sobre la vida marina, incluidas treinta especies de ballenas que podrían verse afectadas por el ruido de las máquinas, dificultando su comunicación con las crías. Martín también destaca la importancia de la biodiversidad marina, señalando que la destrucción de especies desconocidas podría tener graves consecuencias para futuras investigaciones y desarrollos médicos.
A pesar de los intereses económicos en juego, Martín enfatiza que existen alternativas a la extracción de minerales de los fondos marinos, como el uso responsable de dispositivos electrónicos y la reutilización de recursos existentes. Sin embargo, advierte que la transición hacia vehículos eléctricos no resolvería el problema si no se aborda el consumo excesivo y la necesidad de reutilización.
